lunes, 23 de febrero de 2015

La maldición de la Sarabanda (o anécdotas de Narinant)

Ya reptábamos buscando la salida, la sarabanda estaba a punto de terminar. Habíamos seguido el ritmo y alargado el movimiento 1-2-3, 2-2-3, 3-2-3, 4-2-3, como nos pedía Álvaro, sin escuchar el “fuera” habíamos pasado a los stops, las salidas, los freeze de manos, cabezas, coxis y dedos, habíamos escuchado el momento Flora y saltado “disparados como un cohete” cayendo al suelo una y varias veces.

Ya reptábamos buscando la salida cuando, de repente, la música dejó de sonar. Silencio ensordecedor, teatro a oscuras y el escenario lleno de gente por los suelos. Ojos momentáneos de alarma entre los reptiles (¡nos hemos quedado sin música!), que miran a la regidora inquiriendo “¡¿qué pasa? ¿qué hacemos?!”. Y ella, con semblante serio y sin perder su aplomo ni su cabeza, como una loca nos hace gestos de seguir moviendo los brazos, como un árbitro de basket señalando pasos o como un paso de baile del “Saturday night” (¿ya no te acuerdas de cómo era?).
Tranquilizados, fuimos cayendo por los laterales y recobrando nuestra forma humana mientras el público seguía mirando en silencio y alguien subía los cuadros a escena…ese tirar endavant que habíamos dicho en una canción anterior.


Bueno bueno, ara sí que ha arribat el moment de la subhasta…”.

Nunca nadie comentó nada de lo que había pasado, el secreto se lo llevó la Sarabanda de Nicola Matteis.

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4 comentarios:

  1. Merche gran cronista de Narinant!!! Casi lo había olvidado, jajaja. B7s

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  2. Bonita anécdota lagartijilla

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  3. Merche! Desconexia la teva facilitat per escriure grans relats! M'ha encantat llegir-los, de fet m'he emocionat i m'has fet reviure les emocions de Narinant! Una abraçada! Iris

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    1. ¡Gracias Iris, me alegra que te gusten y que te recuerden a Narinant!

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